Cuanto tiempo hacía que los aficionados rojillos no vibrabámos y saltabámos de alegría al son de los goles de nuestro querido equipo. Y encima cayeron en tromba. Cinco, nada más y nada menos. Una vez más, Osasuna demostró que no sólo es capaz de lo peor sino también de lo mejor. Al fin, nuestras plegarias tuvieron respuesta.
Parecía que esta temporada, ibámos a estar condenados una vez más al sufrimiento ese al que ya nuestro equipo nos tiene tan acostumbrados. Es lo que tiene, ser un club modesto. En uno de mis anteriores posts, mostré mi inquietud ante los malos resultados de Osasuna. Hasta ayer, no podía seguir un encuentro del club rojillo sin caer en la desesperación y tirarme los pelos de la cabeza. Es cierto, que en los últimos encuentros ante Valladolid y Recreativo había mejorado su imagen. Pero faltaba lo de siempre, el gol. Sin embargo, ayer esas buenas vibraciones que Osasuna transmitió en el campo se vieron al fin reflejadas en el marcador. Y encima con goleada.
Ahora lo único que nos queda esperar es saber si éste es el síntoma de la recuperación o por el contrario un espejismo. De momento, Osasuna se ha reconciliado con el gol, los malos augurios han desaparecido. De ahora en adelante, hay que trabajar por seguir en esta racha y fortalecer la línea de ataque para que sea más incisiva y por tanto más efectiva.
El 2009 de momento pinta bien.
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