Un fin de semana más, los aficionados rojillos vivimos una de esas tardes de fútbol a las que nuestro querido equipo nos tiene tan acostumbrados. Parace que esta temporada, y a pesar de la llegada del amigo Camacho nos va a tocar a sufrir una vez más y empezar a ponerle velas a San Fermín a ver si una vez más nos echa el capote. Aunque sinceramente, no creo mucho en las intervenciones divinas.
Antes decían que el problema de Osasuna es el gol y cuando parece que nos hemos reencontrado con él (aunque lo de Ezquerro es imperdonable) ahora resulta que falla la defensa. Decía Camacho que cuando los rojos se adelantasen en un encuentro el resto vendría por si sólo. Pero nanay. Otro empatico y volvemos a ser farolillos rojos de la clasificación. Y la culpa de esta mala situación ¿quien la tiene? ¿Camacho o los jugadores? Difícil saberlo pero lo cierto es que si seguimos asi el hundimiento a segunda va a ser inevitable.
Sin embargo, pese a lo mal que pinta el panorama todavía hay tiempo para arregrarlo y por ello espero que el remedio llegue antes que la enfermedad. Creo que los aficionados rojillos, pese a que ya estamos acostumbrados a sufrir, no nos merecemos estos resultados. Y no me vale el argumento de que estamos trabajando mucho y que más no se puede. Si hay que sudar más la camiseta, pues a sudarla, que para eso los señoritos cobran lo que cobran. Siento ser tan dura y tan pesimista pero creo que hay que decir las cosas claras, antes de que sea demasiado tarde.
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