miércoles, 30 de marzo de 2011

Todos contra Gadafi









Desde hace unos días estamos volviendo a ver eso que los entendidos llaman "guerra en directo" o como diría la CNN "Está pasando, lo estás viendo". Prácticamente al minuto se nos está informando de todas las operaciones que se están llevando a cabo en Libia. Una " misión" para algunos "invasión" para otros, pero intervención militar para todos. En esta ocasión se trata de ir de nuevo contra un dictador, un canso, uno de los muchos HP, que gobiernan el mundo con la bendición de los que se dicen defensores de la democracia, que no se atreven a cuestionar las terribles y manifiestas violaciones de los Derechos Humanos. "Oye, pues si nos venden petróleo, pues ni tan mal, porque aquí no tenemos ni para mecheros". Así que, por el oro negro , somos capaces de todo. Y qué casualidad que la mayoría de los países productores de petróleo, sean dictaduras. Ésta es la hipocresia de occidente, que tan bien han reflejado muchos de los cables de Wikileaks. Aunque una cosa, no quita la otra, creo que ya era hora (desde que se desato el conflicto, entiendase) de que las Naciones Unidas hicieran algo (que muchas veces uno se pregunta para que demonios están) contra este personaje, tirano donde los haya, y que lleva la friolera de 42 años en el poder (si ya lo decía Nietze, "el poder corrompe", a éste lo ha dejado podrido). No muy distinto a lo que otros dictadores árabes llevan y contra los que ahora sus pueblos se están levantando. Decía mi profo de Sociología, que sin que el pueblo comience o interioze el cambio, no hay transformación posible, y ¡qué razón tenía! Al fin, los jóvenes (siempre los motores de todo movimiento) se han decidido a decir basta a sus dirigentes y a pedirles que dejen el poder, ¡qué ya les vale!

Empezaron en Túnez, siguieron en Egipto y se expandieron por todo el mundo islámico. Sin embargo, al llegar a Libia se toparon con hueso duro de roer, cabezón como él solo y que no tiene ningún reparo en usar un vocabulario bélico para amenazar a su propio pueblo. Y el hijo, el "espada este del Islam", que tiene la lengua igual de envenenada que papa. Si en Tunez y Egipto, Ben Alí y Mubarak tuvieron que hacer las maletas, en Libia Gadafi se empecinó en emprender una guerra civil. Con lo que la intervención de la comunidad internacional era necesaria, no se podía mirar hacia otro lado ante un tío que está masacrando a su pueblo (no obstante, muchas veces, insisto, esos derechos se pasan por el arco del triunfo cuando toca hacer negocios). Inevitablemente, desde el momento en que se empezó a plantear una intervención en Libia, apareció el fantasma de Irak. No es para menos, son dos países que tienen muchas cosas en común. Por ejemplo, estar bajo el dominio de dos dictadores y disponer de importantísimas reservas de petróleo (en el caso de España, la mayor parte del crudo viene de Libia). Aunque también sus diferencias. En el caso de Irak, la población no había protagonizado un levantamiento como éste(exceptuando a los kurdos, claro está). Además fueron los USA los que se inventaron una excusa (armas de destrucción masiva, que a día de hoy siguen sin aparacer) para entrar en Irak, saltándose las resoluciones de la ONU, y los dictámenes de un grupo de inspectores. A día de hoy, ¿que se ha coneseguido en Irak? Pues que día y sí, y día también aparezcan en las páginas de los periódicos algún atentado cometido por terroristas, con no se cuantos muertos. Eso sin hablar de las bajas civiles y militares (de las que en el país del Tio Sam, no se dice ni mu, y se censuran las imagenes de cadáveres cuando llegan a suelo americano). Esa intervención, lo único que consiguió fue que el sentimiento antiamericano de los iraquies aflorará en su esplendor, porque ellos percibían aquello como una invasión extranjera sin haberlo reclamado. Recuerdo que un reportaje, escuché a un iraquí decir: "con Sadam estábamos muy mal, pero es que ahora estamos peor". A veces es peor el remedio que la enfermedad.



Pero el caso de Libia es distinto. Recuerdo como el propio embajador de Libia ante la ONU suplicaba con lágrimas que por favor ayudasen a su pueblo porque Gadafi estaba haciendo una carnicería. En un principio, los rebeldes se negaban a recibir ayuda extranjera, porque querían que fuera su revolución, pero pronto se dieron cuenta de que no iban a tener la suerte de los tunecinos y los egipcios. Ellos contaron con un factor importantísimo para el triunfo de la revolución, el apoyo del ejército. Sin él, no hay régimen que se sustente. Solo basta revisar la historia reciente para ver como las fuerzas armadas, para bien (revolución de los claveles, en Portugal) o para mal (dictaduras sudaméricanas en los 70) han sido capaces de cambiar los acontecimientos. En el caso del ejercito libio, éste está dividido, así que esto complica bastante las cosas. Por lo que el pueblo, al verse incapaz de derrocar a Gadafi ha pedido auxilio a la comunidad internacional o a los aliados (porque no todo el mundo está de acuerdo con la intervención). Quizá algunos esto es un gesto hipócrita, pues si para que negarlo porque los Sarkozy, Merkel, Berlusconi y hasta ZP fueron a Libia a visitar la famosa jaima, donde se debe cocer todo, y firmaron importantísimos acuerdos armamentísticos, para venderle pistolitas y tanques a Gadafi. Los mismos, con los que ha masacrado a su pueblo. Porque estos se debían pensar que éste solo los iba a sacar para los desfiles de la fiesta nacional, como pasa aquí. Pero no. Asi que durante algunos años, y con la excusa de que Gadafi estaba en contra de Al Qaeda, y contenía al terrorismo en el Magreb, pues ala, vamos a hacernos amiguitos suyos. Y como Al Qaeda es el enemigo número 1 de los USA, pues también lo es del resto, porque como se dice, los enemigos de mis amigos son mis enemigos. Pues ya era suficiente para bailarle el agua.

Siendo todo esto criticable, y condenable, que lo es, creo que ahora debemos confiar en que la misión tenga éxito, se desplieguen cascos azules y Libia pueda ser un país democrático. En Bosnia, la actuación de la ONU fue clave para estabilizar el país tras la durisima guerra que se libró a principios de los 90. Confiemos en que aquí ocurra lo mismo. Pero no se olviden de algo, que no paguen justos por pecadores.

PD: Una canción que le va que ni pintada a Gadafi. Quitte le pouvoir de Tiken Jak Fakoly, un cantante marfileño que se la dedica al presidente de su pais. Para Gadafi, y para todos aquellos dirigentes que día tras día atropellan los derechos humanos de los ciudadanos a los que dicen proteger. Bien sea, con ejecuciones, condenas políticas, persecuciones, clausura de medios de comunicación...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bastante bien explicado, si señora