miércoles, 19 de octubre de 2011

Una lección que aprender

Seguro que muchos de los que me conocen van a pensar cuando lean este post "ya esta esta otra vez con Francia", hasta mi santa madre me dice que parece que estoy enamorada de gabacholandia. Viví durante 6 meses en tierras francesas pero desde luego aquella experiencia no despertó en mí una adoración hacia los franceses, ni sus costumbres. Pero pienso que es justo reconocer las buenas cosas que tienen los demás y si son buenas porque no copiarlas (porque desde luego lo nuestro no es la originalidad y no somos un hervidero de pensamiento, indignados aparte, claro).

Como ya todos sabréis a estas alturas de la película, los socialistas franceses (esos de los que tan bien he hablado en este blog por su complicado vocabulario y sus interminables peleas) organizaron unas primarias abiertas a toda la ciudadanía para elegir a su candidato. Cierto, que la paternidad del experimento no es suya, los italianos se les adelantaron. El partido socialdemócrata, opositor al emperador de Mediaset organizó un escrutinio abierto para elegir a su candidato. A cambio de un euro, cualquiera podía votar. No es mala idea esa porque si votan, pongamos 2 millones de personas pues dos millones de euros que sacan para luego financiar la campaña (que aqui está visto que el tener pasta ayuda mucho a ganar unas elecciones). En aquella ocasión, allá por el 2007 el exalcalde de Roma Walter Veltroni fue el ganador, pero pocos meses después se estrelló contra la caballería de Berlusconi. Sin embargo, la experiencia de permitir al pueblo elegir a su candidato fue todo un éxito. La pena que no lo hayan vuelto a repetir.

Pero antes que a los italianos, a los yankis (como siempre) se les iluminó la bombilla e idearon un sistema de primarias que me voy abstener de comentarlo porque creo que ya hemos oido hablar de él hasta la saciedad. Desconocemos si inspirados en este método o por el ingenio, siempre presente en los argentinos el pais celeste estrenó este año un sistema de primarias que más que una elección fue un ensayo general. El gobierno K aprobó las llamadas PASO (Primarias abiertas simulataneas y obligatorias), o lo que es lo mismo que todos los partidos tenían que concurrir a una interna el mismo día y los candidatos de todos tenían que ser elegidos por el voto popular. Aunque las intenciones no eran malas, las fuerzas politicas incluida la convocante ya presentaron a un único candidato a la cita, asi que lo que hicieron fue básicamente un sondeo. Como en Argentina el voto es obligatorio, el éxito de la convocatoria se puede medir con la cantidad de votos nulos o blancos, y ésta se mantuvo en los níveles de anteriores presidenciales. Lo cual demuestra que cuando al pueblo se le pide su opinión, o se le ofrece elegir allí que va.

Y los franceses expertos en todo tipo de movilización, salvo las que no hayan salido de su coco, pues allí que fueron, en masa, casi más de lo que van a las manifestaciones. Decía un profesor mio que otros piensan las ideas y los franceses las experimentan. En esta ocasión buscaron la inspiración en América y en sus propios precedentes (en 2006 Ségolène Royal fue elegida en primarias pero solo pudieron votar los militantes del partido). Y como a los franceses les gusta pensar, repensar debatir y volver a pensar tardaron cuatro años en darle forma a este escrutinio. Curiosamente dos de los seis candidatos a la investidura fueron los principales artifices del asunto. Ségolène Royal y Arnaud Montebourg, adalid de la renovación y la VI República. Y lo que es la vida, como a Frankestein su criatura se rebeló contra ellos relegandolos al cuarto y tercer lugar respectivamente. Alrededor de tres millones de personas se movilizaron para elegir al candidato socialista. Los requisitos muy simples; estar inscrito en el censo electoral , pagar un euro y firmar una declaración de adhesión a los valores de la izquierda. Todo un éxito.

And the winner is François Hollande, también conocido como "Flamby" que venció por aplastante mayoría en la segunda vuelta a Martine Aubry, la dama de las 35 horas e hija de un tal Delors que presidió la comisión europea. Suponemos que a estas alturas de la película al flamante candidato del PS ya no le repatinaran las primarias, ese invento que tanto había rechazado porque cualquiera podía votar. Pues una vez más cosas que tiene la vida un 53% de "cualquieras" lo han votado. Ahora le toca ir a por el pez gordo (que a este no le hacen falta primarias porque ya se autoproclama el solo), el señor de Bruni, o también conocido como Nicolas Sarkozy. Con una imagen por los suelos y un descontento social que aumenta cada día debido a los recortes, parece que a Nico se le va a acabar el contrato en el Eliseo. Aunque, ¡ojo! a Sarko se le da mucho mejor vender ideas que ponerlas en práctica. Veremos que es lo que pasa en mayo.

Y viendo este ejemplo, servidora se pregunta ¿Por qué nosotros no podemos hacer lo mismo? Cierto que el PSOE hizo unas primarias pero solo para filiados y como es bien es sabido aquello acabo como el rosario de la aurora. Pero si nos lo montamos bien podríamos dar la palabra a los ciudadanos y dejar de elegir a los candidatos a la Moncloa mediante el sufragio popular y no el de dedo de ZP (o el de Aznar) y reuniendose unos cuantos delegados que ya saben a quien tienen que votar y montan una fanfarría para que el candidato tenga sus minutos de gloria. Estaría muy bien que la gente pudiese elegir, ya que cada vez que se lo han permitido se han volcado. Quizá con esto los políticos lograrán una mayor legitimidad de los ciudadanos por que en este momenteo, no nos sentimos representados por ellos.




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